LUN, MAR, MIÉ Y VIE: 9 – 18; JUE: 9 – 20; SÁB: 9 – 17
PRIMER PISO
UN LUGAR DONDE SALVARSE
Hace mucho tiempo había escribientes. Ah, “qué bonito”, dirás. “Escribían todo el día y además les pagaban”.
Bueno, más menos. Los escribientes eran, dicho mal y pronto, fotocopiadoras humanas. Les daban un documento y les decían: “Hazme diez copias para antes de las cuatro de la tarde”. Las primeras máquinas de escribir llegarían solo en los setenta (del siglo XIX, naturalmente).
Bartleby, el protagonista del famoso cuento de Melville, se dedicaba a ese oficio: copiaba documentos para un abogado de Wall Street. Se sentaba en su sitio junto a una ventana que “después de las numerosas obras en los alrededores, ya no daba a nada”. La oficina tenía un cristal deslustrado que separaba las estancias y, cuando no había un silencio sepulcral, se escuchaban las discusiones de sus colegas.
Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con un bar?
Digamos que queríamos crear un contraste.
Por encima de todo, con la oficina de Bartleby. Queremos un lugar en el que haya color, ruido, movimiento, olor y música. Nada más lejano de una oficina en Wall Street.
Después, con la ventana de Bartleby. Si miras por las ventanas de nuestro bar encontrarás, de un lado al otro: un barrio, un puente, una plaza, árboles, un mercado.
Por último, con la soledad de Bartleby. Queremos que nuestro bar esté siempre lleno, tan lleno que resulte imposible quedarse ensimismado. En la Holden hay muchos lugares en los que se puede reflexionar o escribir, intenta no hacerlo aquí: charla, relájate, comparte tu tiempo con otros seres humanos. Ellos también están aquí, en tu misma realidad, en este mismo momento. Vale la pena recordarlo.

¿Bartleby el escribiente hubiera venido a un lugar como este? Nos gusta pensar que sí, que éste se habría convertido en un lugar donde hubiera encontrado algo que le faltaba en la vida. Un lugar donde encontrar la salvación.
En ese caso, quizá, el final del cuento hubiera sido diferente.
Si un día tienes la posibilidad de dar un paseo por el Upper West Side de Manhattan es posible que entres en un lugar llamado Barney Greengrass, el Rey del Esturión desde 1908. Échale un ojo: tendrás la impresión de que en Matrix ha habido un error en el código porque verás que tiene las mismas mesas, las mismas sillas, las mismas paredes verdes y las mismas estanterías que nuestro Bartleby. ¿No te lo crees? Es la verdad. Pero nuestro café es mucho mejor.
Lo último antes de pedir la cuenta.
Al Bartleby puedes venir cuando quieras para estar de guateque, pero quizá te pueda interesar una fiesta un poco más organizada. En ese caso debes saber que hemos inventado Morsel, bocaditos de historias: una cosa descacharrante para hacer por la noche. Obviamente mientras se bebe, se come o se pica algo. Si no, ¿qué gracia tendría?